Tras una gran recomendación tácita de mi primo Pablo, escuché “Gabriel’s Oboe” de Ennio Morricone, sólo que a diferencia de que él habla en particular de la versión de Yo-Yo Ma, yo la tengo en la versión original, la que se puede escuchar en la película “The Mission”. Definitivamente una canción digna de derramar un par de lágrimas, como él comenta que le sucedió, sobre todo si se ha disfrutado también del filme. La fuerza de esa película es impresionante.
Después de esto, regreso a lo que musicalmente en ocasiones me hace derramar un par de lágrimas a mí, vuelvo a mi adicción por “Ára Bátur” y “Fljotavik” de Sigur Rós; “Zihuatanejo” de Thomas Newman y entonces comienzan a fluir algunos pensamientos que me obligan a tratar de valorar lo que tengo, que me hacen sentir inmensamente feliz y melancólico e incluso miserable por momentos, todo al mismo tiempo. Y entonces ya no sé si son estas canciones con sus increíbles acordes las que me hacen sentir así, o si mi estado de ánimo me llevó a escucharlas. Regreso a no saber qué es lo que estoy haciendo. Regreso a calcular todo y una vez calculado, a no actuar de acuerdo a aquello que se calculó.
Esta vez creo que tengo un verdadero problema. No tengo idea del por qué, tengo tantas hipótesis y tengo tantos análisis en mi mente, análisis sólo del mundo, porque análisis de mí mismo… creo que no me atrevo.
Mi enfermedad es el ensimismamiento (si no existe la palabra, al menos creo que se entiende el sentido). Egocentrismo, tal vez sería mejor forma de expresarlo. Todo siempre gira a mi alrededor, en torno a mí. Todo tiene que ver conmigo… Es desgastante, no lo recomiendo. Ya no quiero seguir avanzando con esto. Obviamente mi mente va más rápido de lo que mis manos para escribir y la ventaja que le lleva la mente a las manos las está asustando... insisto, no me atrevo.
Después de esto, regreso a lo que musicalmente en ocasiones me hace derramar un par de lágrimas a mí, vuelvo a mi adicción por “Ára Bátur” y “Fljotavik” de Sigur Rós; “Zihuatanejo” de Thomas Newman y entonces comienzan a fluir algunos pensamientos que me obligan a tratar de valorar lo que tengo, que me hacen sentir inmensamente feliz y melancólico e incluso miserable por momentos, todo al mismo tiempo. Y entonces ya no sé si son estas canciones con sus increíbles acordes las que me hacen sentir así, o si mi estado de ánimo me llevó a escucharlas. Regreso a no saber qué es lo que estoy haciendo. Regreso a calcular todo y una vez calculado, a no actuar de acuerdo a aquello que se calculó.
Esta vez creo que tengo un verdadero problema. No tengo idea del por qué, tengo tantas hipótesis y tengo tantos análisis en mi mente, análisis sólo del mundo, porque análisis de mí mismo… creo que no me atrevo.
Mi enfermedad es el ensimismamiento (si no existe la palabra, al menos creo que se entiende el sentido). Egocentrismo, tal vez sería mejor forma de expresarlo. Todo siempre gira a mi alrededor, en torno a mí. Todo tiene que ver conmigo… Es desgastante, no lo recomiendo. Ya no quiero seguir avanzando con esto. Obviamente mi mente va más rápido de lo que mis manos para escribir y la ventaja que le lleva la mente a las manos las está asustando... insisto, no me atrevo.
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